¿Qué es un discurso de odio? Esto dice la Suprema Corte
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) explica que los discursos de odio inciden en restar derechos a los grupos aludidos
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) explicó que los discursos de odio son aquellos que incitan a la violencia –física, verbal, psicológica, entre otras- contra los ciudadanos en general o contra determinados grupos caracterizados por rasgos dominantes históricos, sociológicos, étnicos o religiosos.
“Inciden directamente en los derechos de las víctimas, puesto que difunden la idea de que determinados grupos o personas tienen menos derechos que las demás personas, lo que justifica un trato hostil en su contra”.
Además, indicó que, en casos extremos, propugnan por privarles de todo derecho y de la existencia misma, y difunden la idea de que determinadas personas valen menos que las demás o no valen nada.
“Porque los discursos de odio se basan en prejuicios y pretenden establecer diferencias de trato en contra de grupos o personas con base en características o propiedades carentes de justificación desde el punto de vista jurídico, como podrían ser las propiedades no intencionales de la víctima, por ejemplo, la raza, el sexo o la discapacidad”.
La SCJN también señaló que el carácter difamatorio, hostil y vejatorio de esos discursos tiene el efecto de inhibir a las víctimas en el ejercicio de la libertad de expresión, y “el de privarles de la misma oportunidad de expresar sus puntos de vista en el foro público, al propagar en su contra prejuicios que restan credibilidad a sus expresiones, especialmente cuando se dirigen contra grupos históricamente discriminados”.
La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos informó que la violencia contra las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTI) se ve reforzada por la diseminación de “discurso de odio” dirigido a esta comunidad en distintos contextos, incluyendo en debates públicos, manifestaciones en contra de eventos organizados por personas LGBTI, como las marchas del orgullo, así como a través de medios de comunicación y en Internet.
«Si bien es necesario estudiar este fenómeno con mayor profundidad, la evidencia demuestra que cuando ocurren crímenes contra las personas LGBTI, con frecuencia están precedidos de un contexto de elevada deshumanización y discriminación», destacó la Comisión.