El futuro de Enrique Alfaro Ramírez
En una segunda entrega, Saúl Justino Prieto analiza cuál podría ser el futuro político del gobernador Enrique Alfaro Ramírez

A los 51 años, Enrique Alfaro Ramírez deja de ser gobernador de Jalisco. Una edad política joven para haber llegado a una cúspide, por lo que parece lógico que pueda continuar su carrera en otros rubros: ¿Creará un nuevo partido político? ¿Se está preparando para ser candidato presidencial en 2030? ¿Será el flamante director técnico de las Chivas?
Comparado con otros personajes longevos de la política, como Andrés Manuel López Obrador, quien dejó la presidencia a los 71 años; o el recién retirado a los 72 años, Enrique Ibarra Pedroza, a Alfaro Ramírez le podrían quedar varios lustros más de carrera, aunque contrario a otras figuras políticas, ha desgastado su imagen de forma considerable, demasiado rápido.
Tan es así que al interior de Movimiento Ciudadano (MC) ya existe una corriente alterna entre sus allegados; claramente Pablo Lemus Navarro logró diferenciarse y, junto con el alcalde zapopano Juan José Frangie, competirá por el poder al interior de un debilitado partido. No por nada, la campaña de Lemus Navarro jamás se remitió a presumir cualquier logro del exgobernador o a proponer una continuidad, distinta comprada por ejemplo, con la campaña de la presidenta Claudia Sheinbaum.
A diferencia de hace seis años cuando el aura política de Alfaro alcanzó para posicionar a Lemus Navarro como alcalde de Zapopan y Guadalajara, para la gubernatura de 2024 apenas y ganó las elecciones porque la oposición tenía peores candidatas contrincantes, cuyos partidos optaron por cumplir sus compromisos con oligarquías y no competir con sus mejores planos sociales y políticos.
Por ello, el futuro de MC en Jalisco es desolador y posiblemente inicie su caída. En el pasado, cuando eso ocurrió, Alfaro Ramírez aprovechó para cambiar de partido político. Esto podría abrir la puerta a que el emecista considere crear un nuevo partido, aunque en entrevista reciente con El País, aseguró que no era un camino que le interesara.
Pero si algo ha caracterizado a Enrique Alfaro, con un grado más alto que toda la clase política, son sus contradicciones e incoherencias: es que en varias ocasiones ha afirmado que no continuará en la política, aunque también ha revirado al insinuar que le gustaría competir por la presidencia del país.
Por ahora, dijo que realizará una residencia en Madrid y se preparará para ser director técnico de futbol, aunque dejó una sospecha de que, en realidad, sale del país por cuestiones de seguridad. De hecho, declaró que ser entrenador es su futuro más probable, por más delirante que parezca.
Alfaro dilapidó todo: el respaldo político, empresarial, universitario y social que llegó a tener en 2018, y se llevó consigo la confianza que había en el resto de los personajes relacionados a él, como el propio gobernador Pablo Lemus o las y los alcaldes emecistas que, sin el dominio del Congreso de Jalisco y la amenaza del crecimiento de Morena en Jalisco parece que, como fue el protagonista de llevar a la cúspide a MC, también será su destructor.
No te pierdas la primera parte de este análisis: El legado de Enrique Alfaro.