El dinero limitó la violencia de género en la Casa de los Famosos
Ni los comunicados de gobierno, ni las reacciones y quejas en redes sociales, ni la presión social lograron el objetivo de evitar la difusión de discurso de odio en la Casa de los Famosos México; fueron los intereses económicos.
Trataré de desarrollar lo más relevante de uno de los temas más irrelevantes como es la salida del comediante Adrián Marcelo de un reality show en televisión abierta, ya que permite el abordaje a profundidad de comportamientos reveladores de la sociedad, como la violencia de género, el capitalismo y el entretenimiento devorador de la ética mediática.
El capitalismo manda
La salida “por iniciativa propia” de Adrián Marcelo de La Casa de los Famosos México, se detonó por un rechazo generalizado de sus constantes discusiones y agresiones psicológicas cargadas de machismo contra varias participantes del programa, las cuales responden a prácticas normalizadas en la industria cultural que solo busca el lucro a costa de lo que sea y, con más frecuencia, a través de la violencia.
La académica Sayak Valencia desarrolla en su libro “Capitalismo Gore” la dominación del capitalismo en la cultura y la política desde prácticas violentas, es decir el uso de la violencia como un producto.
Uno de los estipulados principales del capitalismo es la libertad económica, pero cuando llega a un nivel descontrolado puede llegar a producir distorsiones sociales, explica Valencia, sobre todo en estados con gobiernos débiles. De esta manera impone prácticas gore (sangrientas) en la convivencia.
La violencia alcanza un lucro cuando se consolida en la conciencia social. Según Valencia se traduce en una falta de crítica hacia sistemas de control y vigilancia de empresarios y publicistas, los cuales amalgaman criterios violentos que activan y desactivan a conveniencia.
Como el caso de Televisa, que promovía, publicitaba y bombardeaba en sus canales de comunicación y redes sociales la participación de Adrián Marcelo y finalmente aceptó que saliera. Activó y desactivó el elemento violento por intereses capitalistas.
Valencia cita al filósofo Gilles Lipovetsky para detallar que los contenidos televisivos profundizan en la violencia por la vía feliz (rápida e indolora),caracterizada por explotar la especulación o punto de duda que evita distinguir la realidad y un modelo ideal de comportamiento; es decir, que los televidentes se pregunten “¿lo que veo está bien o mal?” Cuando claramente la violencia es un flagelo para la convivencia.
Ética y el verdadero significado de “valores” para Televisa y sus anunciantes
Era sabido, desde siempre, que Adrián Marcelo es un creador de contenido que lleva al límite su comedia y con un estilo de entretenimiento a través de su humor negro que trastoca problemas sociales serios como la violencia de género y la misoginia. En ello ha basado el crecimiento de sus seguidores que lo han ubicado como uno de los más importantes.
Precisamente esta fama fue aprovechada por Televisa y los productores de la Casa de los Famosos México, que presumieron (inflaron) sus niveles de raiting, con los cuales atrajeron patrocinadores y publicidad que pudieron vender en millones de pesos. Uno de los datos más recientes sobre el costo de la publicidad indica que cada anuncio de 20 segundos que se transmite en televisión abierta cuesta 138 mil 668 pesos.
Probablemente, por esos ingresos Televisa ignoró las quejas y hasta las leyes que la obligan a evitar difundir contenidos violentos o advertir a los televidentes sobre los mismos.
La Ley de Radio y la Televisión establece que los medios tienen la función de mejorar las formas de convivencia, dignidad y los vínculos familiares, además de evitar influencias nocivas o perturbadoras. Más allá de la definición de cada concepto mencionado, se puede generalizar que la violencia de género atenta contra estos preceptos.
También la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión establece que los medios deben evitar transmisiones contrarias a los principios de paz, no discriminación y de respeto a la dignidad de todas las personas; evitar contenidos que estimulen o hagan apología de la violencia; promover la tolerancia y el respeto a la diversidad de opiniones y promover el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, entre otros.
Fue hasta que patrocinadores como Rexona, helados Holanda, Nestlé, entre otros, emitieron comunicados desmarcándose del reality porque no iba acorde a los “valores” de las compañías que Televisa, el mismo día, anunció la salida de Adrián Marcelo.
Con esto quedó claro que la definición del concepto de valor (moral o ético) y valor (monetario) tiene un significado cambiante dependiendo de la cantidad de ceros de los cheques.
Televisa no está eximido de advertir o recomendar a los televidentes que La Casa de los Famosos México y sus participantes toman un rol ficticio o que tienen el objetivo solo de entretener, y que los temas y discusiones tratados allí no se deben tomar a la ligera o que, en caso de necesitarlo, los televidentes busquen atención médica, psicológica o terapéutica.
Al contrario, durante la transmisión del programa organizan mesas de debate y análisis, como si se tratara de una discusión trascendental sobre el futuro del país, donde exponían que el programa era una estampa del comportamiento humano, cuando realmente corresponde al comportamiento de personas que lucran con la atención y fanatismo exacerbado de sus seguidores.
El Estado al servicio del capitalismo violento
La Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México fue la primera instancia de gobierno que rechazó las posturas de Adrián Marcelo hacia la actriz Gala Montes. El 8 de agosto emitió un comunicado en el que consideró que «perpetua estereotipos, prejuicios, discriminación y violencia contra las mujeres debido a que, desvalorizó y se burló de la salud mental y emocional de la actriz», pero Adrián Marcelo salió hasta el 4 de septiembre.
En el mismo comunicado se cita a la ONU que reconoce el nivel de influencia de los medios de comunicación al perpetuar o cuestionar las normas y los comportamientos sociales que toleran la violencia contra las mujeres.
El Ayuntamiento de Zapopan canceló el 11 de septiembre el show de “Hermanos de Leche” en el que participa Adrián Marcelo y el comediante Ivan Fematt “La Mole”, el cual se presentaría el 1 y 2 de noviembre, debido a los “discursos de odio que incitan a la violencia contra las mujeres” de Adrián Marcelo.
El ayuntamiento se basó en el Reglamento para el Comercio, la Industria y la Prestación de Servicios que establece que en los eventos debe “abstenerse de presentar cualquier espectáculo público cuyo contenido constituya un ataque a la moral y a las buenas costumbres o perturbe el orden público”.
Sin embargo, es cuestionable que la salida de Adrián Marcelo de La Casa de los Famosos México o la cancelación del show de “Hermanos de Leche” tenga repercusión en el decremento de la incidencia de violencia de género, comparado con lo que podría resultar de una política pública implementada por los gobiernos de todos los niveles.
Igualmente, el Pepsi Center de la Ciudad de México canceló el mismo show de Adrián Marcelo y “La Mole” por su compromiso con la integridad de todas las personas y por el interés de brindar una experiencia positiva segura en los espectáculos, afirmaron en un comunicado.
Parece que la exigencia de instancias de gobierno de la eliminación de discursos de odio en shows de entretenimiento abona a la banalización de este problema, sin reforzar realmente medidas de protección a mujeres.
Solo por mencionar Zapopan, desde 2016 se activó la alerta de violencia de género procedente del gobierno federal, y otra en 2018 originada desde el gobierno estatal. De enero a julio de 2024 ha habido la siguiente cantidad de denuncias relacionada a violencia de género:
- 2 feminicidios (aunque la cifra pudiera ser mayor, como se ha demostrado en varias investigaciones periodísticas pudieran ser más por los “errores” en la clasificación de homicidios de mujeres).
- 76 violaciones.
- 608 casos de abuso sexual (con una tendencia al alza mes tras mes).
- 1,626 denuncias por violencia familiar.
Como se puede ver, la Casa de los Famosos, que puede ser el tema más irrelevante en las redes sociales (mismas que cargan gran porcentaje de la opinión pública) puede esconder un sinfín de aristas para explicar los constantes intentos por ignorar las soluciones de fondo a problemas trascendentales para el país, como es la violencia de género y defensa de la integridad de las mujeres.
Ver columna anterior: En defensa de la tesis sobre Sailor Moon y la homosexualidad.