Feminismo en Guadalajara: voces en el activismo, periodismo y academia
Mujeres de Guadalajara detallan la evolución que el feminismo ha tenido en la ciudad, los logros y de lo que falta por cambiar
Por: Ilse Astrid Martínez (@ilsemreportera)
La visibilidad del feminismo comenzó con la creación del Grupo Lésbico de Guadalajara en los años 80, conocido como Patlatonalli, donde un grupo comenzó a luchar por los derechos de las mujeres de la diversidad sexual.
“Las mujeres lesbianas y trans siempre han luchado, como colectivo de mujeres son pioneras”, explica Margarita Rodríguez Jiménez, responsable del programa Intervención, Educativa, Juventudes y Género del Sistema de Educación Media Superior (SEMS), de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Décadas después, distintos movimientos sociales internacionales o nacionales volvieron a mover a las mujeres tapatías, como el 15M de España, en 2011, o el Yo Voy 132 de México, indica Rodríguez Jiménez.
Pero fue en el 2013, cuando se crean redes feministas locales como Yo Voy 8 de Marzo, que más mujeres comenzaron a salir a las calles. “Hace 10 años éramos mil, o mil 500 marchando. Después más asociaciones colectivas impulsaron estas marchas del 8M, como Cuerpos Parlantes, Cladem (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres), Campo A.C o Femibici”.
La académica recuerda que, posteriormente, con el movimiento internacional Me Too, que instó a que las mujeres ya no se callaran los abusos sexuales que vivían en los entornos laborales o en otros espacios, surgieron movimientos en América Latina, como el colectivo chileno Las Tesis, que lanzaron el himno feminista “El violador eres tú”.
“En Guadalajara, en 2017, también se presenta Marichuy como vocera por parte de comunidades indígenas, como una posible candidata. Muchas colectivas recolectaron firmas para ella. La lucha de mujeres indígenas en sus comunidades fueron ejemplo en los movimientos feministas”, detalla Margarita Rodríguez Jiménez.
En el 2020, la marcha del 8 de marzo convocó a 35 mil mujeres en Guadalajara. “Fue un año histórico, justo acabando esa marcha llegó la pandemia. En ese año estuvimos incomunicadas. En esta marcha ya no es un tema sólo de mujeres, sino que dimos visibilidad a un contingente especial para las personas de familias de desaparecidos. Muchas marchas empezaban y acababan allí, ocuparon el primer y segundo espacio porque la problemática nos atraviesa a todas”.
El confinamiento por la pandemia de COVID-19 canceló la marcha de 2021, pero se mantuvo la lucha desde otros espacios, como las peticiones a nivel político o la búsqueda por causar un efecto mediante la cultura.
“A nivel gubernamental se incidió en cuestiones como Código Violeta. Todo lo que se ha hecho estuvo impulsado por la sociedad civil. En el 2022 marcharon 15 mil mujeres, hubo una disminución de las 35 mil del 2020, pero en 2023 hubo un repunte, con 70 mil mujeres que marcharon. Fue todo un orgullo”, celebra la académica.
Sobre las preocupaciones actuales del movimiento, la especialista indica que hay temas que preocupan,como los feminicidios y transfeminicidios, donde se han abierto espacios a las personas transexuales, además de que se han sumado colectivas como Me Cuidan Mis Amigas, y se ha impulsado la marea verde para pugnar por los derechos sexuales y reproductivos.
Con relación a los cambios en las marchas, destaca que el año pasado muchas jóvenes asistieron por primera vez. “Pero llevaban a sus madres, abuelas o tías, también se le llama ‘la revolución de las hijas‘, porque las jóvenes ya conocen sus derechos y los hacen valer. Ellas están presentes en estas marchas y quizá las mamás no están tan convencidas de las causas del feminismo, pero van para protegerlas y compartir la experiencia con ellas, y es una forma en la que se está haciendo una transformación social dentro del movimiento, que es intergeneracional”.
Acerca de las personas que se oponen al movimiento, o que dicen que están en contra de las “formas”, la académica explica que quienes tienen esos discursos patriarcales, no sólo son hombres, sino que muchas mujeres los adoptan.
“No por ser mujeres automáticamente nos convertimos en feministas. Son procesos individuales acompañados colectivamente, esas personas confunden feminismo y machismo. Por ejemplo, el tema de ‘feminazis‘ ha causado mucho daño al movimiento porque las feministas no asesinan a nadie. Las conductas machistas sí afectan y matan a las mujeres por ello, y también afectan a los propios hombres”.
Rodríguez Jiménez enfatiza que las mujeres debemos tener presente que gracias al feminismo podemos conducir, trabajar o estudiar. “Hay que trabajar en una mejor educación y educar desde la empatía, recordar que son pensamientos que tienen muchos años y hay que desaprender en igualdad”.
Recuerda que las personas afroamericanas sufrieron discriminación, y tuvieron que luchar por sus derechos para reducir la violencia. “Asimismo la discriminación contra las mujeres es real. No podemos invisibilizar todo lo que se ha conseguido, y lo que se va a seguir consiguiendo es para ellas (las mujeres en contra del feminismo), aunque no crean o entiendan lo que es el feminismo”.
Rememora que, entre los avances obtenidos por las marchas y el movimiento feminista, está desde la tipificación del acoso callejero hasta la paridad política. Además de la instalación de la Antimonumenta o el renombrar Plaza de Armas como Plaza Imelda Virgen, que fue la primera vez que se tipificó un feminicidio en Jalisco.
“Los retos son evitar las desapariciones, violencia contra activistas y madres buscadoras, el tema de cuidados, procesos de justicia, vivienda o agua, que son temas que también nos interesan. Las feministas forman parte de la sociedad y realizan acciones desde la academia”.
Margarita Rodríguez Jiménez, responsable del programa Intervención, Educativa, Juventudes y Género del Sistema de Educación Media Superior (SEMS).
Colectivos acogen otras causas, como apoyo a trans
Danna González, integrante del colectivo Yo Voy 8 de Marzo, destaca que el movimiento feminista en Guadalajara ha ido acogiendo otras causas sociales, como la lucha de las familias de desaparecidos y de las mujeres de la diversidad sexual.
Describe que, en su caso, como mujer transexual, ha notado una mayor apertura en entender la existencia política de las personas trans, y los reconocimientos de sus derechos humanos. “Muchas mujeres y organizaciones han tenido el interés en visibilizar el tema de los transfeminicidios, porque son crímenes de odio y la culminación de violencia contra mujeres trans”.
La activista señala que hace algunos años hubo manifestaciones profundamente transfóbicas de algunas organizaciones locales, pero que non ha tenido el mismo impacto que la lucha activista y feminista en reconocimiento de las personas trans de Jalisco.
“Hemos tenido cambios importantes en términos de inclusión y de respeto, y de poder generar nuevas alianzas que son necesarias. Desde mi condición he sentido que los cambios han sido lentos pero seguros, y que han sido significativos”.
Sobre los principales pendientes en el tema de la diversidad sexual, describe que está el respeto a mujeres lesbianas y bisexuales, en sus múltiples facetas, así como la problemática de los transfeminicidios, ya que muchas veces las investigaciones sobre los crímenes no se hacen de forma correcta.
“Hemos encontrado que en los protocolos para atender los casos hacen muchas omisiones. Niegan su condición de persona trans, desde el principio, aunque esa persona tenga un trámite con relación a la Ley de Identidad de Género, pasa que no reconocen ni su nombre, aunque sea legal”.
También considera que hay revictimización y estigmatización cuando las mujeres trans se dedican, por ejemplo, al trabajo sexual. “En la forma en la que se publican este tipo de notas, o no se les menciona como mujeres trans. No son problemáticas normales, son violencias que se deben de denunciar y visibilizar».
Añade que la red Yo Voy 8 de Marzo ha ido incorporando estas nuevas demandas como parte de su lucha. “Estamos buscando visibilizar problemáticas emergentes en el Estado de Jalisco, como las desapariciones y la problemática de las familias durante la búsqueda de sus familiares, con los feminicidios, ampliando los horizontes de violencia, en relación con crímenes de odio contra personas de la diversidad sexual”.
González subraya que lo que el reto es generar la resolución de las problemáticas desde trincheras alternas y periféricas, y también desde la organización prioritaria de las mujeres y las disidencias. “Es un movimiento que busca dar una crítica contundente a las instituciones del Estado de Jalisco, de que las problemáticas siguen vigentes. Por eso este año convocamos nuevamente”.
«Nuestra existencia como personas de la diversidad sexual, con cierta clase social, implica una forma de vida donde atraviesas ciertas desigualdades. Eso me movió a mí, pero también de la parte colectiva me interesa entender y hacer una crítica social porque muchas cosas que yo vivo también las vive mi comunidad, y también las vive la pluralidad existente entre mujeres diversas o al ser parte de la comunidad trans».
Danna González, mujer activista transexual de Jalisco.
La igualdad de género en el periodismo
En febrero de 2023, Celia Niño fue nombrada editora de género de Canal 44 y la red de medios de la Universidad de Guadalajara (UdeG), lo que la convirtió en la primera mujer en ocupar este cargo en un medio de Jalisco, y en la segunda a nivel nacional. A un año de ello, detalla cuáles son los principales avances y retos por cumplir.
“Esto empezó junto con la exigencia de las mujeres de ser representadas y nombradas en los medios, porque, como en todos los demás espacios públicos, lo común eran construcciones narrativas en masculino, en varón, desde el androcentrismo, y surge esta figura justamente para escribir las noticias desde ángulos con perspectivas más garantes, de nombrarnos a todos y todas”, detalla.
La periodista explica que el objetivo es impulsar perspectivas de género y de derechos humanos en las redacciones y desde las noticias, que es donde se difunde la realidad cotidiana. “Afortunadamente he tenido un equipo muy receptivo, aunque no todo ha sido miel sobre hojuelas, ha habido resistencias. Cuando la figura se anunció en la Universidad de Guadalajara, leí en redes sociales cosas de burla, diciendo que las mujeres ya no sabemos qué inventar, que somos generaciones de cristal… haciendo mucha mofa o rechazo al lenguaje incluyente”.
Niño detalla que también ha detectado colegas hombres y mujeres que tienen resistencias y no están dispuestos o dispuestas a modificar las formas en las que han narrado toda la vida. “Uno escoge sus batallas y tampoco soy policía del lenguaje incluyente ni puedo obligar a mis compañeres, pero sí podemos, desde la línea editorial, darles un cuidado al tratamiento de las notas, para que visibilicemos lo que no se ha nombrado antes”.
La periodista jalisciense remarca que escribir y nombrar con perspectiva de género es muy importante porque el lenguaje ni es inocente ni es inmóvil. “Son personas o grupos que merecen todo el respeto. Y qué mejor manera de respetarlos, que nombrarlos como quieren ser nombrados. Invisibilizar puede ser racista y discriminatorio”.
Señala que que, además, en medios de comunicación de la ciudad y el Estado, todavía se ven tendencias a posicionarse desde el discurso del varón al centro. «Por ejemplo, en el lamentable asesinato del magistrade Ociel Baena, muchos medios locales se negaron a ponerle magistrade, y se aferraron a ponerle magistrado, aunque era de las primeras personas reconocidas en el género no binario. “Ni de muerto respetaron su identidad autodefinida”.
O medios locales que siguen hablando de la ropa que usan las candidatas. “Seguimos prestando atención a temas que son sesgados y sexistas, ¿cuándo vemos que hablen de cómo se visten los hombres? Allí se identifica cuánto faltan las figuras de editoras de género en los medios de comunicación”.
Acerca de los avances, indica que muchos compañeres han tenido una gran recepción y han entendido la importancia de la figura de editora de género, aunque todavía hace falta una mayor capacitación. Por ejemplo, se ha impulsado que las noticias se den con el entendimiento de que hay personas en situación de víctimas, con quienes se debe tener respeto, porque así es más explicativo para las audiencias, para que lo puedan dimensionar, podamos indignarnos y tener más posibilidades de empatizar.
“Hemos logrado que se entienda por qué es importante nombrar a lo otro. Mis compañeros que toda la vida habían cubierto policíaco, era muy común que se prestaran a las narrativas que filtran las autoridades. Con los que creía que me iba a costar más trabajo me han salido grandes sorpresas porque ha habido mucha voluntad y eso me da gusto, creo que he logrado que tengan voluntad… que quieran contar las historias de una mejor manera”.
Por otro lado, indica que la figura de editora de género tendría que ser temporal porque lo ideal es que en el futuro no sea necesaria porque ya todos estamos empapados de mejores maneras de contar historias. «He visto que empiezan a acostumbrarse algunos medios, aunque nos cuesten más caracteres en las entradas, sí se nota. En algunos impresos, empiezan a poner las y los candidatos, a dejar de hablar en masculino. Otros ejemplos padrísimos de medios web, que están haciendo un trabajo increíble, con perspectiva de derechos humanos muy cuidada y atinada, como Zona Docs o Perimetral, que son medios digitales”.
Sobre los retos para este año, adelanta que buscará incidir no solamente en los noticiarios, sino en todo el sistema de radio y televisión de la UdeG. “Hay algunos periodistas de opinión que se resisten a capacitaciones, y se nos van algunas cosas. Se sigue hablando, por ejemplo, de los cuerpos de las mujeres. Aunque se han hecho capacitaciones con reporteras y reporteros, me gustaría completarlas con todos los equipos de las radios”.
Contacto audiencias: Correo electrónico de las defensorías de las audiencias defensoria.audiencia@udgtv.com . También le pueden escribir en sus redes sociales (@yoCelia) o en las redes sociales del Canal 44.
«Es importante la figura de editora de género para reconocer la importancia no sólo de escribir historias de nosotras, sino también de ponernos a nosotras como actoras centrales de las construcciones de noticias, eso me da gusto personal. El periodismo local está empezando a mostrar voluntad de que se acabe el androcentrismo, me parece que es un inicio de querer hacer las cosas diferentes. Estoy contenta porque me considero feminista y que me asignen esta área hace que mi trabajo profesional se encamine un poco más a visibilizar la causa«.
Celia Niño, periodista de Jalisco y primera Editora de Género.
Una agenda en común entre los distintos feminismos
Mariana Espeleta, académica del Programa de Violencias de Género del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), menciona que lo que hace falta en el feminismo regional, principalmente, es impulsar agendas en común con todo y las diferencias.
Primero, describe que existen muchos feminismos y que deberíamos ser muy cautas en entender que no hay ninguna autoridad o gobernadora del feminismo, que pueda decir: tu sí o tú no eres alguien feminista. “Eso desalienta, aísla, sectoriza y no es algo productivo. Por allí no va el asunto”.
Sin embargo, sí considera que es importante mejorar la formación de las mujeres en el feminismo, como en cualquier interés o causa. “El feminismo es una forma de activismo que necesita cambiar a la sociedad. Para cambiar a la sociedad necesitamos estar preparadas para ello, tener propuestas. Hay una parte metodológica que es necesaria que vayamos adquiriendo, por ejemplo en cómo hacemos consensos y tomamos acuerdos”.
Detalla que esas técnicas se pueden aprender para que, en lugar de excluir, entender que hay diferencias de fondo que no se pueden arreglar, “pero sí podemos trabajar y generar una agenda que impulsemos todas. Desde cómo nos ponemos de acuerdo y la parte estratégica hasta formarnos en lo teórico. Necesitamos leer a otras para que la conversación sea profunda, nutritiva, y no se convierta en una guerra de ataques personales, sino que busquemos fundamentar”.
Por otro lado, menciona que tampoco es que se tenga que ir a estudiar la maestría en Estudios de Género para poder conocer de feminismo, ya que hay textos al alcance de todas y todos. “Lo único que hace falta para difundirlo es círculos de mujeres y una propuesta de lectura, y empezar con el nivel que cada una tenga. Un libro que se llama Feminismo para Principiantes, que es increíblemente accesible”.
Sobre los principales avances en el movimiento feminista, expresa que las redes sociales han sido una herramienta para compartir las distintas realidades, ya que ayuda al intercambio de estas ideas, y que también desnaturaliza y desnormaliza ciertas actitudes.
“El detonante es la situación que estamos viviendo, y la indignación y el cansancio que muchas mujeres experimentan, por ejemplo, transitar en el espacio público. Cuando las mujeres lo vivimos en experiencia personal, allí se queda, pero cuando tenemos un foro o espacio para compartirlo y encontrarnos con otras mujeres que también están indignadas y piensan lo que nosotras pensamos, nos da ese lugar de intercambio y de organización”.
Acerca de las marchas, resalta que cada año asisten más mujeres y cada vez la participación es más plural. “Voy notando que no son solamente mujeres de la academia, o feministas históricas de Guadalajara y Jalisco, o mujeres lesbianas que, por discriminación, han sido muy activas, sino que cada año se suman diversidad de mujeres, de todas las edades y con un avance feminista claro. Otras simplemente están indignadas y se suman a la festividad de estar juntas en sororidad”.
Aprovechar unión para todo el año
Mariana Espeleta considera que, si bien las marchas no son la única acción contra la violencia machista, sí muestra una respuesta organizada. “El resto del año se nos olvida esa posibilidad de articulación, creo que es uno de los pendientes que tenemos en términos de organización, que es lo cotidiano, lo que verdaderamente nos habla de un feminismo que enraizó en la sociedad”.
Acerca de peticiones concretas en las marchas o pliegos petitorios, destaca que pueden generar suspicacias porque el interlocutor natural de un pliego petitorio sería el Estado. «Pero no todas le estamos hablando al Estado, sino a un status quo, para muchas el pliego petitorio no es algo que alguien te pueda conceder, sino que es un espacio de lucha donde se van conquistando espacios y minando la cultura patriarcal”, enfatiza.
Considera que tener peticiones concretas en las manifestaciones podría ser relevante, pero también lo es construir proyectos donde coincidan nuestras similitudes aunque tengamos puntos de vista diferentes. “Quizá no nos ponemos de acuerdo en algunas cosas pero sí podemos ir ganando espacios de participación política en un sentido amplio, no en un sentido partidista”.
«Es importante formarte y leer, y no quedarte solamente en la superficie, porque en un movimiento político como el feminismo, la superficialidad puede ir despolitizando y generando una etiqueta solamente, pero nada que sostenga a esa etiqueta y que siga generando los cambios que necesitamos«.
Mariana Espeleta, académica del ITESO.